¿Cómo te gustaría que fuesen tus vacaciones? 🥰
Te pasa a ti también que el mejor momento del año lo tienes cuando, después de mucha o poca meditación, decides a dónde vas a ir por Vacaciones y llega ese día marcado en rojo en el calendario?
Conocer una ciudad diferente a la tuya, en la que vives o donde creciste, siempre debería ser una aventura enriquecedora, que aporte a nuestra experiencia de vida, ampliando horizontes, favoreciendo nuestras relaciones con otras gentes y sus culturas… o eso busco yo durante mis Vacaciones.
Esos días en los que ponemos todas nuestras esperanzas, después de un duro año de trabajo y esfuerzo diarios, para que nos compense la tan utilizada frase de “vivir para trabajar”, transformándola en la deseable por todos “trabajar para vivir”.
Y ahora, ya tenemos el lugar, ya sabemos cómo vamos a ir y dónde nos vamos a alojar, pero… qué vamos a hacer estos días, qué queremos hacer?
Nuestra elección va a depender de muchos factores… nuestros gustos, el presupuesto que destinemos a las actividades, vamos en pareja o con niños o somos un grupo de amigos?
A mi, personalmente, me encantan los tours guiados. Una forma rápida e interesante de conocer una ciudad, de visitar sus lugares más pintorescos, guiados por los ojos de un experto por el que habrán pasado las vivencias de muchos otros turistas y que tendrá millones de historias que narrar, pasadas y actuales…
Sí, lo sé… hay muchos tipos de guías turísticos y tours organizados y no siempre cumplen las expectativas que pusimos al contratarlos, pero la experiencia me ayuda a buscar y seleccionar los que me dan mejores vibraciones cuando llego a una ciudad. Las opiniones de otros viajeros en portales como tripadvisor, los detalles que transmite en la forma de narrar el paseo, el trato cercano del guía, haciendo que te sientas como si tú fueses su primera visita guiada…
¿Te parece un objetivo difícil de lograr? Porque en cada viaje que proyecto, en mi lista de prioridades está siempre situado muy arriba. Y es que, al final de cada viaje me encanta poder decir que he conocido realmente otro lugar del mundo, con sus gentes y rincones, sus costumbres y peculiaridades, que me ha hecho reflexionar sobre aspectos de mi vida en los que no me habría detenido de otra forma.